Si tienes un ecommerce, tu rentabilidad se decide tanto en el escaparate online como en el almacén: los errores de logística ecommerce se traducen en retrasos, costes disparados, devoluciones y malas reseñas. Aquí verás los fallos más habituales y cómo corregirlos con acciones concretas y realistas.
Por qué la logística ecommerce marca la diferencia
La logística ecommerce abarca desde la recepción de mercancía hasta la entrega final y la gestión de devoluciones. No es solo “enviar paquetes”, sino coordinar stock, preparación de pedidos, transporte, seguimiento y atención al cliente para que todo encaje.
Cuando esta cadena funciona, el cliente apenas se fija en ella; cuando falla, aparece en forma de carritos abandonados, incidencias y pérdida de confianza. Por eso conviene revisar tu operativa antes de escalar ventas o lanzar nuevas campañas.
1. No definir una estrategia logística desde el inicio
Uno de los errores más frecuentes es improvisar: empezar a vender y “ya veremos” cómo se preparan y envían los pedidos. Sin una estrategia clara, es fácil caer en procesos manuales, dependencias de personas concretas y cuellos de botella en momentos de pico.
Esto se nota especialmente en rebajas, Black Friday o campañas de temporada, cuando el volumen se multiplica y la falta de planificación se convierte en retrasos y errores de envío.
- Define objetivos: tiempos de entrega, zonas de envío, niveles de servicio y costes máximos por pedido.
- Documenta el flujo completo: desde que entra el pedido hasta que se entrega o se devuelve.
- Decide qué harás internamente y qué derivarás a un operador logístico especializado.
Una vez recogida por escrito, tu estrategia logística se convierte en una guía para alinear a todo el equipo y tomar decisiones coherentes a medida que creces.
2. Mala gestión de stock y roturas frecuentes
Vender productos que ya no tienes o quedarte corto antes de una campaña es un clásico. El problema de fondo suele ser la falta de control de inventario en tiempo real y unas previsiones de demanda basadas en intuición.
Las roturas de stock generan pedidos incompletos, sustituciones apresuradas y, en el peor de los casos, anulaciones que dañan la percepción de tu marca.
- Implanta un sistema de gestión de almacén (WMS) o, como mínimo, un control de stock centralizado y actualizado.
- Utiliza históricos de ventas para prever picos y ajustar la compra a la temporada.
- Marca productos críticos y revisa sus niveles con más frecuencia.
Un stock bien controlado reduce la improvisación diaria y te permite prometer plazos realistas sin miedo a fallar.
3. Procesos de preparación de pedidos poco definidos
Cuando cada persona prepara los pedidos “a su manera”, aparecen errores de picking, confusiones de talla o color y paquetes mal etiquetados. Además, es casi imposible medir la productividad o detectar dónde se pierde tiempo.
La estandarización no significa burocracia, sino diseñar un flujo sencillo que cualquiera pueda seguir si se incorpora al equipo en plena temporada alta.
- Diseña un recorrido lógico en almacén para reducir desplazamientos innecesarios.
- Define pasos estándar de picking, packing y control de calidad final.
- Utiliza listas de picking, códigos de barras o sistemas de radiofrecuencia si el volumen lo justifica.
Cuanto más claro sea el proceso, menos dependerás de personas concretas y más fácil será escalar tu logística para ecommerce.
4. Subestimar los costes logísticos
Otro error habitual es fijar gastos de envío “a ojo” sin conocer bien el coste real de cada expedición. El resultado es una logística ecommerce poco rentable en la que pierdes dinero en cada pedido o encareces tanto los envíos que espantas a los clientes.
Para tomar buenas decisiones, necesitas conocer el coste total de preparación, embalaje, transporte, devoluciones y gestión de incidencias por tipo de pedido y zona de entrega.Con estos datos en la mano podrás diseñar una política de envío clara, competitiva y sostenible en el tiempo, evitando sorpresas a final de mes.
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5. Prometer plazos de entrega que no puedes cumplir
“Entrega en 24 horas” suena muy bien… hasta que se convierte en un compromiso imposible de cumplir. Prometer tiempos irreales es una de las formas más rápidas de acumular reseñas negativas y devoluciones.
El plazo de entrega depende de varios factores: ubicación del almacén, horarios de corte, capacidad interna de preparación y servicio real de los transportistas con los que trabajas.
- Define plazos conservadores y comunica claramente la fecha estimada de entrega.
- Establece horarios de corte (por ejemplo, pedidos antes de las 14 h salen el mismo día).
- Ofrece servicios urgentes solo cuando tu operativa y tu operador logístico los puedan asumir.
Más vale prometer 48 horas y llegar en 24 que lo contrario: el cliente valorará la fiabilidad por encima de la velocidad puntual.
6. Embalaje inadecuado o poco profesional
Un embalaje deficiente provoca productos dañados, roturas y devoluciones innecesarias. Además, un paquete mal presentado transmite una imagen poco cuidada de tu ecommerce, incluso si el producto es excelente.
El reto está en encontrar el equilibrio entre protección, estética y coste, adaptando el packaging al tipo de producto y a la experiencia de marca que quieres ofrecer.
- Elige materiales adecuados al peso y fragilidad del producto.
- Utiliza rellenos que protejan sin desperdicio y ajusta el tamaño de las cajas.
- Añade elementos de marca (tarjetas, mensaje, diseño) sin disparar el coste.
Un buen embalaje reduce incidencias, mejora la percepción del pedido y facilita una experiencia de unboxing coherente con tu posicionamiento.
7. Falta de información y seguimiento para el cliente
Muchos clientes se ponen nerviosos cuando no saben dónde está su pedido. Si tu ecommerce no ofrece un tracking claro y comunicaciones proactivas, tu soporte se llenará de correos y llamadas preguntando por el estado del envío.
La visibilidad es clave: no solo para tus clientes, también para tu equipo, que así podrá gestionar mejor las incidencias con el operador logístico.
- Automatiza correos o SMS en los hitos clave: pedido recibido, preparado, enviado y entregado.
- Integra el seguimiento del transportista en tu web o en el área de cliente.
- Ofrece canales claros de contacto en caso de problemas con la entrega.
Cuanta más información tenga el cliente, menos necesidad tendrá de contactar y más percibirá tu servicio logístico como profesional y fiable.
8. Gestionar devoluciones sin un proceso claro
Las devoluciones forman parte del juego en ecommerce, especialmente en sectores como moda o electrónica. El error no es que existan devoluciones, sino no tener un flujo definido para gestionarlas de forma rápida y ordenada.
Sin proceso, es fácil que los paquetes devueltos se acumulen, que no se actualice el stock, que se retrasen los reembolsos y que la experiencia del cliente se resienta.
- Define una política de devoluciones clara y visible en la web.
- Establece pasos estándar desde que el cliente solicita la devolución hasta que se registra en stock.
- Decide qué productos se revisan, cuáles se reacondicionan y cuáles se descartan.
Una logística inversa bien organizada convierte una potencial fuente de conflictos en una oportunidad para fidelizar a largo plazo.
9. Elegir un operador logístico sin analizar su encaje
No todos los servicios logísticos para ecommerce son iguales. Elegir al primer proveedor que aparece en Google o al más barato sin evaluar procesos y capacidades puede salir caro en términos de incidencias y mala experiencia de cliente.
Es importante valorar no solo el precio, sino también la calidad del servicio, la tecnología, la flexibilidad y la experiencia en tu sector y en venta online.
- Revisa qué servicios ofrece: almacenamiento, preparación de pedidos, transporte, tracking, atención al cliente, devoluciones.
- Comprueba sus sistemas de información y la integración con tu ecommerce.
- Pide referencias y casos reales en negocios similares al tuyo.
Trabajar con un operador logístico integral para ecommerce te permite centralizar procesos, ganar visibilidad y apoyarte en un partner especialista que ya ha resuelto los retos que tú estás empezando a enfrentar.
10. No medir ni mejorar la logística con datos
Sin indicadores claros, la logística se gestiona “por sensaciones”. Es difícil saber si estás mejorando o empeorando, y resulta casi imposible detectar a tiempo los problemas que afectan a la experiencia de compra.
Medir no significa complicarse con cuadros de mando enormes, sino elegir unos pocos KPIs que te ayuden a tomar decisiones: plazos reales de entrega, coste logístico por pedido, porcentaje de incidencias, ratio de devoluciones, etc.
- Define 4 o 5 métricas clave alineadas con tus objetivos de negocio.
- Revisa esos datos de forma periódica y comparte conclusiones con el equipo.
- Diseña pequeñas mejoras continuas y ve evaluando su impacto.
Con el tiempo, esta cultura de datos convertirá tu logística en un proceso cada vez más eficiente y predecible, en lugar de un foco constante de sorpresas.
Cómo empezar a mejorar tu logística ecommerce hoy
No hace falta cambiar todo tu sistema de golpe. Lo más eficaz suele ser elegir uno o dos de los errores anteriores, los que más te estén afectando ahora, y marcar un plan de mejora concreto para las próximas semanas.
Revisa tu estrategia, habla con tu equipo, valora el apoyo de un operador especializado y, sobre todo, documenta lo que funciona. Paso a paso, tu logística dejará de ser un problema recurrente para convertirse en una ventaja competitiva para tu ecommerce.


